domingo, 21 de junio de 2015

LAUDATO SI, SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

“Laudato Si, mi Signore, Alabado seas, mi Señor”
 
San Francisco de Asís con este hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común  es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos:
 
“Alabado seas mi Señor, por nuestra hermana la Madre Tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”

 
Este es el comienzo de la Encíclica.
 
El Papa Francisco destaca que la “crisis ecológica” es consecuencia de la crisis ética, cultural y espiritual del ser humano, y de la sociedad que estamos creando entre todos:
 
“Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en un planteamiento social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la Tierra como el clamor de los pobres"
 
Más adelante, nos dice:
 
"Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos. Nadie pretende volver a la época de las cavernas, pero sí es indispensable aminorar la marcha para mirar la realidad de otra manera, recoger los avances positivos y sostenibles y, a la vez, recuperar los valores y los grandes fines arrasados por un desenfreno megalómano"
 
Nos habla sobre el clima como un “bien común” de todos para todos:
 
"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”
 
 “Es preocupante el calentamiento del sistema climático. Como es sabido, éste ha provocado el constante crecimiento del nivel del mar, eventos meteorológicos  extremos, el agotamiento de recursos vitales como el agua potable, y la disminución de selvas, bosques y biodiversidad”
 
El Papa Francisco nos exhorta a la utilización de energías limpias y renovables:
 
"Se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de anhídrido carbónico y de otros gases altamente contaminantes sea reducida drásticamente"
 
Con su habitual estilo, directo y claro, comprensible a todos, el Papa Francisco, menciona "la pobreza del agua" que se da especialmente en África, así como el gravísimo problema de la calidad de agua disponible para los pobres. Y critica la tendencia a privatizar este recurso:
 
"En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico"
 
Sentencia, denunciando a su vez el derroche de agua.
 
Si deseáis acceder a toda la información de la Encíclica, este es el enlace:
 
 
Todos estos extractos y algunos de los comentarios, están tomados de la página: www.lanacion.com.ar
 
Las imágenes que acompañan a estos textos son del Camino de Santiago.
 
Es curioso, por así decirlo, como utilizamos  la Naturaleza para nuestros fines. Sus frutos, a veces, son protectores de nuestros hogares, y la Naturaleza vuelve a recuperar el espacio que le corresponde cuando nosotros abandonamos en ruinas las construcciones que se vuelven efímeras por diversos motivos como consecuencia de nuestros errores.
 
¡Amen!
 
Una delicada y poderosa música.

















viernes, 12 de junio de 2015

El Camino de los Sueños, es un buen camino

“No será noche de luna, quizás tampoco de cielo estrellado. Pero nada me cuesta cerrar los ojos y saberte en mi Universo. Solo sé que esta  noche habrá algo en el firmamento”

Cuando salía de Roncesvalles, al comenzar el Camino, hacía un tiempo que ignoraba el amanecer; estaba atareado con los quehaceres del día. Entonces dejé de observar: el sol se desvanecía.

En ese momento, el frío de esa mañana se apoderó de mí, como el viento se adueña del páramo cuando carece de vida. Su sonido me inquieta.

“El frío, como el viento, tiene sus sonidos. También mis pensamientos”

No era un buen comienzo. Quería  caminar muy rápido para alejarme de esa sensación tan siniestra, pero no era consciente de que nada aprendía.

- Camino, pero nada aprendo.

El Camino tiene sus ritmos, sus pausas, a veces sus pautas, y pensando en llegar “a no sé dónde” no apreciamos nada de todo lo que nos rodea y acompaña. Incluso los árboles te hablan cuando el viento mece sus ramas. Los bosques están llenos de espíritus que nos acompañan para guiar nuestros pasos, sobre todo en los momentos de incertidumbre.

Recuerdo con gran emoción mi primer Camino. Desde los Pasos de Roldán, en el Puerto de Erro, sentado sobre una roca a modo de duro asiento, veía las curvas de la  carretera cerca de Agorreta. Estaba reventado; el motivo: mi mochila. El hospitalero de Roncesvalles me advirtió de ese problema; pero yo no le presté la debida atención. La mochila estaba llena de “por si acaso”. A modo y reflejo de nuestra vida (nuestra casa), la mochila pesaba, pasaba tanto como mis pensamientos… Tentado estuve de volver a casa.

¡En fin, qué desastre, el sino del principiante!

Cuando llegué a Larrasoaña, fin de mi primera etapa, los barrenderos ya habían quitado las calles. Vaya trabajo tienen. Al amanecer las ponen de nuevo.

- Epílogo.

Cuando las palabras mueran, cuando los pensamientos desaparezcan, los caminos caerán  en el silencio y los mares se vaciarán de vida. Solo en ese momento, en ese vacío, volverá a nacer la paz y ella habitará en nuestros corazones. El amor y la paz fecundarán y renacerán nuestras vidas.
Renacidas nuestras vidas, las olas volverán a humedecer la orilla de la playa, mojando nuestros pies, y en ese espacio, las huellas que dejamos en la arena, nos enseñarán el camino a casa.

“Cuando el cielo llore sus aguas celestes volverán a traer nuevos sueños”



El Bosque Incierto, Mezquiriz.

En el Reino de la Niebla, Sansol. 

Camino de Primavera, Ventosa

El Pedregal de Nájera.

Primeras Luces, de camino a Azofra.

Al Alba, Terradillos de Templarios.

Primeros Cielos, Terradillos de Templarios

Cruce de Caminos, Grañón.

Tierra de Nadie, Grañón.

Alf, el Guardián de la Casa, Viloria de Rioja.

Salus Infirmorum, Albergue de Bercianos.

Juan Pedro de León.

Era Primavera, Eirexe.
El Bosque de las Amigas,  Montán
María de Ligonde.

Gaitero en el Arco del Obispo, Compostela.

La Penumbra de Santiago… Compostela.