miércoles, 11 de junio de 2014

RECUERDOS DEL CAMINO

Recuerdo una mañana de junio en Tierra de Campos. El viento mecía la mies, larga y cargada de frutos. Me despojé de la mochila y me senté en el suelo. La tierra tenía un aroma especial, como una esencia floral y estaba perlada con las gotas del rocío. Cerré los ojos y me dejé transportar hacia un mundo casi irreal por los sonidos que me rodeaban.

“Pero todo se detuvo en el tiempo y se hizo presente Tu presencia. Entonces se elevó la oración en armonía con el reino que me rodea y en el silencio de una soledad compartida”.

¿Acaso una de nuestras búsquedas en esta vida no es el Amor, sentirse amado?

“No hay mayor sabiduría que el saberse amado”

La mirada se pierde en el espacio que se abre de forma inmensa al amanecer. Los recuerdos afloran y se nutren del silencio que nos rodea; pero más aquellos que de amor invaden el ser. 


Me mostrarás lo que mi amor pretende,
Aun sabiéndome no correspondido.
No me ocultes tu mirada ante tanto vacío.


Esta es la secuencia: El tañedor de zanfoña en Zumaia en el Camino del Norte. Más adelante llegaremos a la fuente medieval de Villamayor de Monjardín. ¡Qué bueno el frescor de sus aguas! Verdadero bálsamo para los pies heridos.

A la salida de Los Arcos me encontré este muñeco abandonado. Quizás lo pusieron allí para recordar nuestra finitud de peregrinos. Ya en tierras de Castilla, en Espinosa del Camino, la fuente del pueblo: agua fresca. Aquello que se recibe en gratuidad sabe mejor…

Villafranca de Montes de Oca y las texturas del Camino. El amanecer en el Burgo Ranero. Aquí nos acompaña el croar de las ranas, que es cierto que las hay. Es momento de relajarse; el sol todavía no está en lo alto.

Villalcázar de Sirga y el monumento, bueno, parte de él, en recuerdo a Pablo Payo el Mesonero Mayor del Camino. Dicen que en el Mesón Los Templarios se come muy bien; dicen… Es que yo no lo caté. Más tarde, antes de Valverde de la Virgen, un graffiti nos recuerda otra manera de hacer el Camino.

Al llegar a la Cruz de Ferro, entre sus piedras encuentras los exvotos que los peregrinos van dejando al pie de la Cruz. Es momento de silencio y oración. Si llegas a este lugar en un amanecer de nieblas lo normal es emocionarse. El Universo que nos rodea se llena de incertidumbres. Más tarde en Manjarín nos encontraremos con la mirada penetrante de uno de sus guardianes. 

En Barbadelo nos atenderá el párroco de la iglesia de Santiago; D. Antonio Caloto. En estos momentos se encuentra muy delicado; quizás esté recorriendo el Camino del Señor. Tuve que llamar A Casa de Carmen para recordar su nombre. Aquí, Carmen y Pedro han creado un espacio familiar y cálido. Su acogida es parte de los mitos y leyendas del Camino.

Antes de llegar a Ligonde es bueno detenerse un momento para contemplar uno de los cruceiros más bellos del Camino. Más adelante, al llegar a Salceda de Caselas nos encontraremos con el monumento dedicado a Guillermo Watt, peregrino suizo. En el Memorial se dice: Abrazó a Dios a los 69 años a una jornada de Santiago. El 25 de agosto de 1993, Año Santo. Toda clase de flores y exvotos le recuerdan de forma eterna.

Son tantos los peregrinos que conoces en el Camino, que la memoria y el tiempo borra sus nombres, pero no su recuerdo. Eran dos peregrinos polacos y me regalaron sus sonrisas. Fue en Lavacolla; había dejado de llover.

No se puede entender el Camino sin sus músicos. Las piedras hacen reverberar los sones del gaitero creando un ambiente mágico. Después llegarán las emociones al pisar A Praza do Obradoiro. Es momento de recordar lo que hemos dejado atrás… El Botafumeiro y lo efímero se unen en la Catedral para recordarnos el camino para volver al hogar. Hay que regresar de nuevo. Es el eterno ciclo de la vida.

Y ya la última: es la alegoría de la creación de un nuevo peregrino. Otra vez en Zumaia.

Hacía bastante tiempo que deseaba poner este enlace; ahora es su momento. Es algo atemporal; dejaros llevar y emocionaros.


Ave Maria - Olga Szyrowa (Sopran)

He vuelto a casa después de mi estancia en el Hospital de Gipuzkoa. Por cierto, mi más sincero agradecimiento a toda su gente. Han sido geniales y muy humanos. ¡Felicidades a todos ellos! Ahora a seguir pidiendo al Señor Santiago su mediación para mi recuperación.

¡El amor es el bordón del peregrino!