viernes, 6 de mayo de 2022

Dos historias en el Camino del Norte-Two stories on the North Road


Mientras escribo esto Zumaia está de fiesta. Celebra a su patrono, San Telmo. Este conocido santo, cuyo nombre original era Pedro González, nació en Frómista (Palencia) en 1190 y falleció durante la Pascua de 1246, mientras peregrinaba a Compostela, a consecuencia de una enfermedad. Fue enterrado en Tuy, Vigo. Es por eso que actualmente Zumaia está hermanada con Frómista. Santo verdaderamente peregrino relacionado con el Camino Francés, el del Norte o de la Costa y con el Camino Portugués.

Todo este preámbulo es meramente circunstancial, debido a que el texto y el reportaje fotográfico que os presento se han materializado en plenos santelmos. Lo importante son las dos historias que deseo contaros, dos historias fundamentadas en el amor y el sacrifico… Las he conocido recorriendo el Camino: son producto de mi pasión a observar, escuchar, conversar y compartir.

¿Habéis experimentado el frescor del rocío en una mañana de primavera en el mes de abril? ¿El olor a tierra mojada después de una tormenta? ¿La espectacularidad del verdor de la yerba, quizás; o de la blanca flor, anticipo de los frutos del manzano? ¿Acaso habéis contemplado la floración que origina el amor? El tiempo carece de importancia cuando es consecuencia del amor.

Si amáis poco importa el tiempo cuando es compartido. No hay día, no hay noche: solo vida.

El amor perfecto expulsa al temor (del Evangelio de Juan)

Los protagonistas de la primera historia son Milagros y Luis.

Milagros. Actualmente tiene ochenta y cuatro años, y desde hace diez está afectada por el mal de Alzheimer. A los tres años del comienzo de la afección tuvo que ser ingresada en un centro geriátrico.

Luis. Su cónyuge, de ochenta y siete años. Acudía al centro para estar al lado de Milagros todos los días y fiestas de guardar.

Milagros enfermó de COVID y tuvo que ser ingresada en un centro hospitalario para su tratamiento. Durante ese periodo Luis no pudo verla ya que, por consejo facultativo, tuvo que dejar de visitarla.

Cuando Milagros volvió al centro geriátrico después de superar los problemas de salud, su familia se lo comunicó a Luis, quien pidió que lo llevaran junto a ella. Fue un veintidós de abril, viernes. 

Luis volvió al centro pleno de felicidad: podría contemplarla, cogerle las manos, acariciarla… Extremadamente cansado (quizás a causa de tanta emoción) se sentó en una butaca cerca de ella. Y, al rato, se fue. Se fue en silencio, con un aire de serenidad en la cara. Dicen que parecía dormido. Algunos aseguran que la muerte no existe… Pasión y vida compartida, no hay otro misterio. La muerte no existe.

Del libro Peregrinatio por el Camino de la Luz:

“Aquí, el Camino se estrecha y nos lleva al Reino de las Nubes. Ya sin rodeos, nos guía hacia aquello que venimos buscando, y que durante tanto tiempo intuimos: la Luz va creciendo”.

La historia de María Teresa, de noventa y siete años, es más breve. ¿Más breve…?

Lunes, veinticinco de abril, día de San Telmo. Es la una de la tarde en el camposanto de Zumaia, junto a la ermita de Arritokieta. Estamos en el Camino del Norte, o de la Costa. Azken agurra (último saludo).

María Teresa nació en el año mil novecientos veinticinco. Es coetánea de Celia Cruz, cantante cubana; Carmen Martín Gaite, escritora española; Ana María Matute, escritora española; Angela Lansbury, actriz inglesa; Aurora Bautista, actriz española; Mikis Theodorakis, músico y compositor griego; B.B. King, cantante estadunidense; Yukio Mishima, escritor japonés; Malcolm X, activista político estadounidense; Ernesto Cardenal, sacerdote y teólogo nicaragüense. Y más…

María Teresa y Jesús tuvieron ocho hijos. Desconozco los detalles de su historia en común; pero tuvieron ocho hijos. Historia: acontecimientos y hechos vividos por una, dos, o más personas.

Mientras crezcas no hagas preguntas.
Observa, escucha y espera.
La respuesta vendrá.
De Larry Bird (Indio Pueblo Laguna)

“Sé para ellos: compañera en la marcha y guía en la encrucijada.”

“María Teresa, el tiempo ya no pasa en ti. Ahora el Sol reconforta tu cuerpo cansado. Tu rostro es un manuscrito del Camino, y cada surco de ese rostro, un pliegue de su historia. En silencio puedo leerlo. Tus manos sujetan el bordón del tiempo, y la tierra que pisas ahora, fue fecundada por tu sudor. No nos dejes de contar tu historia, necesitamos de ella para entender la vida”. 

Para Milagros y Luis. Para María Teresa y Jesús. Y para tantos que, a lo largo de sus vidas, nos relatan historias de amor y sacrificio. Para todos ellos: lo mejor de la naturaleza el día de San Telmo.