martes, 5 de marzo de 2024

Invierno – Winter

Basajaunberro (Orreaga-Roncesvalles)

“Los árboles son como saetas que penetran en el cielo sosteniendo la tierra”

El bosque se convierte en refugio de los peregrinos, a pesar de la niebla y la nieve que todo lo oculta y transforma. Las ramas y las hojas de los árboles mitigan los rayos de una luz extraviada en su camino hacia un lugar de reposo. Entonces, los cuerpos ya cansados y ateridos de frío, continúan caminando en la esperanza del encuentro amable con algo humeante: quizás un tazón de sopas de ajo, acompañado de vino caliente. Y quién sabe, buscando también el dulce encuentro con una sábana fatigada de acoger tanta materia humana que requiere de certidumbres para proseguir en el Camino. 

“La maleza cubrirá el Camino si dejamos de recorrerlo”

Todavía son los primeros días del invierno: amanecer, atardecer, anochecer. Las luces cambian y todo se convierte en pasado. Añoro la primavera.

“Cuando sabemos amar, qué cerca está todo”

Del Bosque Animado, de Wenceslao Fernández Flórez. (Estancia XIV - El descanso)

- Los caminos son entonces visibles y las ramas y troncos, libres del fantasmagórico influjo de las tinieblas, no componen siluetas monstruosas, sino que aparecen como simples árboles de aire inocente y reposado.

“El abismo antecede a la esperanza”

El tiempo pasa,
como el rio corre.
Una mirada no pasa,
el corazón la siente.



Addenda.

La obra de arte, es un trabajo realizado con lápiz de grafito sobre papel. Su autora es Victoria Montolivo Antinopai, de origen patagón (Patagonia). Está obra forma parte del proyecto Peregrinatio por el Camino de la Luz. Su título “El Hijo del Padre”.

La mano

Una mano abierta,
acaso otra cerrada.

Una mano que da,
otra niega.

Una mano que enseña,
otra silencia.

Una mano que enciende,
otra apaga.

Una mano que dispara,
otra sana.

¿Cuál es tu mano…?
Intenta verla.

Han quedado demasiadas manos vacías, levantadas hacia un cielo que se cerró. Ahora nos corresponde abrirlas a nosotros para mitigar tanto dolor. La Naturaleza nos ha vuelto a enseñar cómo somos, a descubrir nuestra desnudez ante ella. Y los seres más pequeños, los más amados, nos esperan.

Todo está a disposición de todos. Como el manantial que está dentro de ti. Si no lo compartes se desbordará enfangándolo todo.

“Sin ti, sin mí, sin luz, ya no seremos” (Pablo Neruda)