El siguiente recorrido en imágenes del Camino de Santiago comienza con un atardecer en Azkizu, en el Camino del Norte.
Todo este relato, nada épico, está elaborado a trompicones, como si fueran los pies de foto de cada imagen. Cada espectador, peregrino o no, creará su pequeña historia con ellas; no hay un guión establecido.
A veces no logro entender por qué la Naturaleza es tan bella y gratuita.
Bajo la mirada protectora y cercana de la Virgen de Eunate, la que abre las Cien Puertas, seguimos caminando y llegamos a Los Arcos. En el retablo, junto al profeta Geremías, aparece la imagen de una peregrina. La composición no es muy ortodoxa; cosas del photoshop. Después de tanto tiempo no recuerdo su nombre, sí su belleza…
La Cruz de los Valientes entre Santo Domingo y Grañón tiene una inscripción que ya ha desaparecido: Peace&Love. ¡Cuánta falta nos hacen para continuar caminando a pesar de tantos desencuentros!
Al amanecer, entre la niebla emergen las ruinas de la iglesia de San Miguel de Tabaneras, cercana a Castrogeriz. ¿No se os parte el alma ante tanta desidia? Pero quizás nos recuerda nuestra propia finitud. Lo eterno está en las estrellas.
Más adelante, después de Itero de la Vega, quedan atrás unas colinas que se asemejan a los pechos de Venus. ¡Qué imaginación la mía! Quizás sea por pura necesidad. Seguimos caminando y el sol queda a nuestras espaldas. Estamos llegando a Boadilla del Camino.
Recuerdo esta imagen, corresponde a Calzadilla de los Hermanillos. Por sus ropajes, imaginé viuda a esta señora que, al atardecer, con un aire frío pero impoluto, salió a dar una vuelta con zapatillas de andar por casa: costumbres de las gentes de los pueblos de Palencia. Al día siguiente, nos sorprendió un amanecer dorado. Christian, caminaba cabizbajo y encogido; quizás le pesaban sus dilemas. Yo creo que era por el frío.
¿Los peregrinos, recordáis esta escultura? Está a la entrada de Mansilla de las Mulas. Nos evoca el cansancio y la pesadumbre que acompaña al peregrino. ¿Y qué decir del pie de Bibiana, una peregrina gallega? ¡Qué coraje tuvo! ¡Llegó a Santiago! Peregrinó dando gracias por terminar la Carrera de Medicina.
Ahora damos un buen salto en la distancia. Hemos llegado a la Cruz de Ferro en el amanecer. ¡Cuántas emociones se desbocan en este lugar! ¡Cuántas oraciones, cuántos recuerdos y cuántas lágrimas! La piedra que todos llevamos en nuestra mochila (he dicho piedra, no roca), auténtica metáfora de nuestras propias pesadumbres, la dejaremos en el montículo que sujeta a la Cruz. Pero yo creo que lo que sujeta a la Cruz son las plegarias.
Dejamos atrás la Cruz de Ferro. Seguimos caminando, en el horizonte lejano se atisban los montes Telenos cubiertos con las nieves de marzo; su belleza bien merece contemplarlos. Es un amanecer frío pero lleno de luces; invita al descanso, siempre que sea abrigado. Él es un peregrino italiano. Más adelante nos esperan Manjarín y Tomás el Templario. Es bueno escuchar sus historias, saber que es uno de los guardianes-protectores del Camino. ¡Cuántos peregrinos habrá rescatado de las nieves en invierno, para darles cobijo y un buen café caliente! ¡Tomás, eres buena gente!
Seguimos dando saltos y llegamos a Ligonde. En la Calle Real, en el número siete, vive María, ahora viuda. El Camino no tiene sentido para mí si, al pasar por Ligonde, no detengo mis pasos ante esta casa para conversar con María. La última vez que pasé fue en el dos mil once, María estaba feliz en compañía de su hijo; estaban rehabilitando su casa, aunque faltaba que llegara alguna subvención… Su casa es antigua, creo que del mil cuatrocientos. Parece que, desde entonces, ella se ha ido reencarnando para guardar el Camino.
Otro salto más y en el Obradoiro. Zapatones: personaje singular donde los haya. Ayuda de cámara y lo que haga falta. Y si es en compañía de un buen vaso de vino, mejor amigo. Deseo que sigas esperándonos mil años más a los que llegamos a Santiago.
Por último, para desearos a todos un Feliz Año Nuevo, la imagen de Santiago: Señor Santiago para muchos gallegos, para otros San Yago. Aquí el tiempo se detiene y, si la multitud lo respeta, el Silencio toma forma de piedra. Una vez más, sobrecogidos y con la cabeza gacha, afloran entre lágrimas muchos recuerdos del Camino.
Perdón por la parrafada. Termino.
“Soy testigo directo de que es posible cambiar este mundo”
(Vicente Ferrer)
Urte Berri On! ¡Feliz Año Nuevo! Ultreia!
Para emocionarse, quizás enternecerse, y cerrando los ojos, recordar a todos los peregrinos que nos han acompañado en esta vida que nos ha tocado vivir como un don y un regalo: su vida y la nuestra.
Russian orthodox chant Chesnokov "We Praise Thee"
Juan Ramón:
ResponderEliminarTe envidio, sanamente, pero te envidio.
Sigue así.
Un abrazo
Julio
Gracias de todo corazón. Julio, tus palabras viniendo de quien vienen, son una virtud: la tuya como buena gente. Juan Ramón.
EliminarHola, Juan Ramón, te escribo estas lineas para desearte un feliz año nuevo y todos los siguientes, pletóricos de salud y bienestar para que puedas seguir caminando y hacernos partícipes de tus bellas y mágicas fotos.
Eliminar¡Viva la Poesía!
Salud y un fuerte abrazo, maestro.
Que nos veamos pronto, ya tengo ganas de "caer" en Sevilla. Feliz Año y viva el Arte!!!!! Cuidate Pedro, Juan Ramón.
EliminarErreportaje bikaina Juan Ramon.
ResponderEliminarKaixo Mitxel, eta zu baita ere, errudun erreportai ontan. Mila esker zure laguntzatik, Juanra.
EliminarZorionak, Juan Ramon.
ResponderEliminarBideak bizia duela azaltzen jakin dek.
Eskerrik asko hire pasioak sortutako sentimenduen zati bat gurekin partekatzeagatik; ausardia eta zintzotasuna erakusten dik.
Derzu, zuek jarraitu arnasa ematen, orren beharra dut. Bidea, denon bidea da. Besarkada bat, Juanra.
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