Joaquín: Aquel que obra con la aprobación de Dios
“Todo lo que necesitas para vivir cabe en la palma de tu mano. Entrelaza tus dedos con los de tu amado”
Baila, como si nadie te estuviera mirando,
Ama, como si nunca te hubieran herido,
Canta, como si nadie te hubiera oído,
Trabaja, como si no necesitases dinero,
Vive, como si el cielo estuviese en la tierra.
¡Oh día, despierta! Los átomos bailan. Todo el Universo baila gracias a ellos. Las almas bailan poseídas por el éxtasis. Te susurraré al oído adonde les arrastra esta danza. Todos los átomos en el aire y en el desierto, parecen poseídos. Cada átomo, feliz o desgraciado, se enamora del sol. No hay nada más que decir. Nada más.
(Jalaluddin Rumi)
“Lejos de tu sabiduría nada crece y el amor desaparece”
Necesito tomar tu mano para recorrer un camino lleno de incertidumbre. Tú me acompañas, lejos de la tormenta me llevas, y los malos caminos quedan detrás. Seguiré tu luz y permaneceré junto a ti hasta volver a ver tu rostro. Tú mirada, entonces, me dirá que hemos llegado a la casa de nuestros padres.
“Cada día florece el viento; cada noche se apacigua. Entonces, en el Silencio, la paz manará como el agua que nace del deshielo”
El dolor y la incertidumbre dejarán paso al silencio. En ese momento los hilos invisibles de la Naturaleza volverán a crear y darán forma a los cuerpos celestes que habitan entre nosotros.
Epílogo.
“De la vasija agrietada”
Cuando volvías a casa, llegabas apenada. Por tus grietas se escapaba el agua, y creías que no hacías bien tu trabajo. Y así todos los días de tu vida. Pero el agua que caía sobre las flores del camino, las regaba. Crecían hermosas, nunca se marchitaban.
(Cuento hindú, anónimo, s. XX)
Por favor, tomad vuestro tiempo y escuchad los sonidos de la vida…
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