miércoles, 5 de agosto de 2015

Hiroshima y Nagasaki, In Memoriam

“Cuando quiero mirar nuestro mundo con los dos ojos, lo que percibo son dos mundos superpuestos: uno luminoso y claro, sorprendentemente nítido; el otro impreciso y sutilmente sombrío”
Kenzaburo Oe, Premio Nobel de Literatura (1994)

Nuestros recuerdos sostendrán a todos los caminantes, nuestros corazones harán eternas sus imágenes, y nuestras almas inmortales nos harán llegar todas las historias de sus vidas. No habrá temor ni tristeza: tampoco dolor. Nos unen en la oración: nos hacen más humanos. Solo necesito cerrar mis ojos para estar con ellos ante sus rostros plenos de Luz.

Cada seis de agosto nos muestran los Caminos de la Paz y el Perdón. De nuevo, el nueve de agosto, nos recordarán  que continúan vivos en nuestros corazones: están entre nosotros. Entonces volveré a inclinar la cabeza…

En ese momento y en ese lugar, mis manos recogerán todas las lágrimas del Mundo para crear un Océano de Serenidad.

Hay un sendero en el jardín de los cerezos.
                            Tu hermosura no palidece.
                 
Las mil palabras que cada imagen trae a nuestras memorias, no están escritas; nunca lo han estado. Tomemos los cuadernos de nuestras vidas y comencemos a escribir en ellos antes de que sea demasiado tarde.

La primera palabra que yo voy a escribir: Silencio…      

Las obras de arte son originarias de Japón; también la bandera. Todas ellas son una parte del proyecto, Peregrinatio por el camino de la Luz.
                                 

“Te llevaré al desierto y allí hablaré a tu corazón”
                                                                         (Oseas, 2:14)



Armand Amar, Desert Peace




















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